sábado, 22 de noviembre de 2008

pero Él era Dios...

Jesús, siendo Dios, se sometió a la injusticia de una justicia como la nuestra, y padeció en libertad aquello que no le correspondía padecer, porque fueron nuestras culpas las que llevaba sobre sí; Y amó, aún a aquellos que no le mostraban amor, y puso la otra mejilla, y calló aún pesar de tener la razón; y vivió de tal manera que grabo en su vida la manera como yo he de vivir, como el cristiano ha de vivir.

Y si por un momento pensara, que todo esto que hizo siendo verdadero hombre, es porque él era Dios, y yo en cambio sólo soy hombre; entonces he de recordar que fue siendo verdadero hombre como me dio su ejemplo, como se enfrentó a la prueba; y sí, es un hecho que tenía una especial relación con Dios, una profunda y auténtica relación con Dios, vivida desde su humanidad misma; lo que significa, que la razón por la cual me cuesta ser como él, vivir a su manera, no es otra sino que quizás no he descubierto mi real y auténtica relación con Dios; porque si él siendo verdadero hombre supo vivirla, entonces eso significa que desde mi humanidad yo estoy llamado y capacitado para vivirla; y que si me cuesta tanto seguirlo en la esperanza contra toda esperanza, la razón no es otra sino la inautenticidad de mi relación con Dios; pues sólo descubriendo mi real relación con Dios, soy capaz de pagar los mas altos precios, de vivir como Jesús lo hizo, de ser libre de todo aún siendo esclavo, de amar aún cuando nada reciba.

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