No quiero que la vida se me escape en la esperanza de
mejores días… no quiero que la muerte me encuentre aferrado a ilusiones vanas,
a gastadas utopías… no quiero la promesa de ser feliz, prefiero aunque sea
corta, la dicha de serlo, aquí y ahora… no quiero perderme sin haberme
encontrado, acaso no saberme es ya vivir perdido y ya basta con buscarme aún
sin saber lo que busco… no quiero arrepentirme de lo que fue o de lo que pudo
ser, me basta con decir que he vivido y con el sabor a revancha que deja el
haberlo hecho, pues al final aunque la muerte todo alcance y todo queme, nada
ni nadie nos quita la certeza de lo que hicimos en este breve suspiro que es la
vida …
no quiero permitirle a nadie el derecho de opinar sobre lo que sólo a mí
me atañe, que cada quien cuide su parcela como a bien lo tenga, no pretendo
enseñarle a nadie como matar sus pulgas y espero lo mismo de parte de las
matronas de inquilinato disfrazadas en rostros amables que carcomen con su
lengua a las espaldas, como vampiros de la vida ajena… no quiero tolerar por un
instante más, por pequeño que sea, al hijueputa que se cree con derecho para
opinar sobre tu vida, las cuentas se las dejo a Dios, yo he de vivir lo que
nadie vivirá por mí y lo que deje de hacer nadie lo hará por mí; acaso al final
quién me prestará sus años o me compartirá lo andado, quién se quedará para hundirse
en el polvo a mi lado, quién hará detener su corazón a la par con el mío, quién
dejará de ser para que yo sea…
no quiero vivir muriendo, o peor aún andar
muerto en vida, deambulando en el sinsentido de la tortuosa melancolía, del
anhelo irrealizable, de la mentira constante, de la cara de payaso con una
sonrisa fingida; no quiero ser función para nadie, vine a hacer lo que me
corresponde y no es otra cosa que la primordial responsabilidad conmigo mismo:
ser Feliz; no estimo que haya siquiera otra tarea más noble y urgente que la
del hombre consigo mismo para que a pesar de la tortuosa interferencia sea
capaz de permitirse ser feliz, de respirar el aire que anhela, de llegar a los
lugares que en su corazón desea, de saberse un idiota soñador , pero feliz…
no
quiero que la vida se vaya, y no puedo hacer que la vida se quede, es mala
amante la vida, ella es eterna y deambula en los brazos de millares de amantes,
llenando sus pulmones con bocanadas de aire, convenciéndoles que el mundo se
puede tomar con las manos… el idilio dura lo que dura un beso y al final
abandona en la sequedad de los huesos tornados a polvo, ella es eterna, ella,
no el idiota que respira y escribe… vivir es un sueño, un letargo no inducido,
no quiero despertar y sin embargo tal vez morir sea dormir de una vez y para
siempre.