martes, 21 de septiembre de 2010

mi anhelar amarte...


Te amo, eso es todo lo que sé, que te amo y que es igual que ayer; que ha dado tantas vueltas el camino, que he caído tantas veces, y aún en medio de todo te amo… y me alegra sentir que te amo, que aún siento sed de ti y que quiero ser capaz de todo por ti, soportarlo todo, entregarlo todo... Pero sé que esto lo he sentido antes y que no basta mi amor para hacer realidad lo que anhelo ser, que me he perdido en medio de idealizadas emociones y en el deleite de este sentir este amor por ti, pero sin que mis obras se impregnen de la radicalidad que necesito para estar contigo; e igual sabiendo esto te amo…
quisiera que esta vez fuese distinto, que con el amor que te tengo, pudiese ser quien ansío ser contigo; no puedo amarte o mejor no se amarte, porque siento que mi corazón lo sabe y que mi mente vislumbra la manera como quiere amarte, pero mi vida está lejos de amarte como el alma anhela hacerlo y eso me duele… te amo mi Dios, sé que sabes que es verdad, aún cuando estoy lejos de amarte como debiera, pero te amo y me conmueve sentir que está vivo ese amor, que conmueves mis entrañas, que deliro por ti y que me amas. No sé qué va a pasar, no sé si un día podré quererte con un poco de la dulzura con que me amas, o si seré el radical que aún a pesar de todo anhelo ser, sólo sé  que te amo y entre tanto, aguardaré aquí en esta quietud andante, en este que me ames y anhelar amarte, en la certeza de que sólo puedo amarte en el amor que me tienes, en el saber que me amas aunque mal te ame.

jueves, 16 de septiembre de 2010

MEMORIAS DE UN GUERRERO...


La arena duele, sobre todo cuando no te acostumbras a caer de narices en ella… a veces dan ganas de quedarse allí tirado en el piso, descansar de una vez y para siempre de este pararte una y otra vez para volver a intentarlo… es como si una parte de ti te dijera “lo vez, te lo dije, siempre es lo mismo, no vas a poder, deja ya de molestar con eso, porque mejor no te rindes, ahí estás pintado, tanto que quieres y mira lo que haces, no hay caso, está perdido…” la arena es dura, a veces quisiera ser de los que se rinden, pero siempre he creído que la vida es lo más parecido a una batalla eterna, a una conquista continua…

A todo esto se suma mi pesado orgullo, soy de esos tipos a quienes no les gusta perder y que no se queda en el suelo a menos de que esté inconsciente, no soy de los que se rinde, soy de los que piensa que es mejor una vida llena de derrotas que aquella que teniendo una deja de combatir para siempre y sin embargo a veces quisiera quedarme aquí en medio del suelo, descansar de este batallar incluso conmigo mismo y con lo que implica este tratar de…


La arena es fría, a veces caliente pero fría, a nadie le gusta estar en el suelo, a mi no me gusta estar en el suelo, pero lo cierto es que la arena es fría y que hoy estoy aquí de nuevo, y que otra vez escucho esa vocecita que me quiere tirado para siempre aquí en los brazos de la derrota que seduce hasta el rendirse…

Y ¿si en verdad no puedo? ¿Si realmente es inútil aquello que persigo? Las dudas son a veces más dolorosas que los golpes, porque no son inflingidas desde afuera, sino que brotan de dentro de mis más profundos temores…


La arena es fría, pero pensándolo bien quizás es más acogedora de lo que parece, ha sido aquí en medio del suelo, donde he aprendido las más grandes lecciones, muriendo en el dolor de mi ego herido, muriendo pero más vivo que nunca, porque jamás habría visto aquello que de no caer jamás habría podido ver…

Hoy ya no tengo miedo, no me da temor decir que no puedo, que aún a pesar de mis arrogantes pretensiones, hay muchas cosas que son imposibles para mi, quizás tarde más en ponerme de pie que en volver a estar aquí besando el suelo, pero no me importa, la vida se impone, no puedo asegurar el resultado de mis esfuerzos, pero si puedo garantizar el esforzarme….

La arena es dura, también lastima, y más cuando se mete en medio de tu carne abierta por las heridas; las piernas tiemblan, el sudor y la sangre nublan la vista, las fuerzas faltan, el cansancio domina a veces las más fuertes ilusiones, pero nada ni nadie va impedir que me pare de nuevo…


Quizás tan sólo sea un remedo de guerrero, igual no importa, hace tiempo comprendí lo vano de intentar ser el mejor; y que lo que cuenta no son las victorias o los fracasos, sino que tanto eres capaz de aprender de ellos… se aprende a golpes, sería más fácil si se aprendiera leyendo sobre batallas, pero sólo en medio de ellas se comprende la verdad de la propia existencia…

Me pongo en pie porque no conozco otra manera, me pongo en pie porque si no lo hago sería el tipo más infeliz de esta tierra, me pongo en pie porque creo firmemente que no estoy solo y que mis miserables esfuerzos son decisivos en las manos del Dios en el que creo… me pongo en pie, quizás para caer de nuevo, pero hasta entonces seguiré aquí, combatiendo, hasta que el último aliento de esta vida me abandone… sólo entonces y ni aún así podré quizás rendirme…

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Sólo hacemos lo que nos corresponde...

Siervo inútil, es una expresión que en sentido religioso, refiere a la humildad de quien sirve a Dios en la consciencia de su poquedad, y que descubre en los frutos de sus obras, la plena autoría divina. Un siervo inútil que nada más ha hecho lo que le corresponde, eso ha sido lo que muchos grandes hombres de fe han experimentado en sus vidas...


Hoy pensaba, en medio de la alegría de las cosas que salen bien y ante el riesgo de vanagloriarme de aquello “que hice”, que soy eso, un siervo inútil y sólo he hecho lo que tenía que hacer. Y quizás esta óptica parezca más la de alguien que no se reconoce su valor, pero no es así; hace días leía en un libro, refiriéndose a nuestra relación con lo Eterno, con Dios mismo, la manera como estamos en el mundo como olas, olas que avanzan hacia la orilla, que pueden ver como otras adelante ya van llegando y otras vienen detrás;


y entonces, mirando a las que se acercan a la orilla, ven como chocan contra la playa y desaparecen, y no tardamos en darnos cuenta que nos espera el mismo destino; así que de inmediato buscamos una explicación lógica y esperanzadora, pensamos que de seguro iremos a parar a otro océano y allí continuaremos nuestro ser olas, o que lejos de desaparecer volveremos al mismo océano como una nueva ola; pero no nos damos cuenta de que en realidad somos parte del océano, y que el océano sigue siendo el mismo aún cuando las olas parecen tornar a la nada; parecen, porque en realidad siempre han sido océano.


Y así es Dios, está en todo, en una creación continua, sosteniendo todas las cosas en el ser y habitándolas por dentro, siendo lo más profundo y lo más externo, siendo todo. Y entonces cuando muero a mí mismo, en realidad no muero, y cuando soy siervo inútil en realidad soy señor en aquel que es el Señor. Luego no se trata de una negación de mí, sino de un ocupar mi lugar en él; porque no hay nada que haga más daño que buscarse a sí mismo, dado que esto no corresponde con la verdad de mi ser; y esa verdad es que soy en Aquel que ES, y sólo en Él puedo ser realmente. Lo que significa que cuando Él es, yo soy, y mi alegría está en la participación de su ser, no en cuanto mi yo sea consubstancial a la divinidad, sino porque Él siendo totalmente otro, distinto de mí, ha querido libremente llamarme a ser uno con Él.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Pensaba que...


Hoy pensaba en… si pudiera ser… el día en que fuese ordenado sacerdote, pensaba en que podría decir, sentir o pensar en aquel momento, y descubrí que la única palabra que podría pronunciar sería Gracias, un gracias que quebranta todo lo que soy, porque si algún día llego allí, sólo podrá haber sido porque Dios es fiel, porque siempre ha sido bueno… 


Dios es bueno, ese pensamiento se vino a mi hoy y entonces, pude ver cuanta bondad ha tenido Él para conmigo; Dios es bueno… a veces Él se asoma en lo subjetivo de nuestra experiencia creyente, y nos deja ver un viso, de aquello que está en su esencia, es eso, un viso que no agota el misterio que es para mi limitada capacidad, para mi imposibilidad de abarcar lo inabarcable de su ser…
 Dios es bueno, y su bondad es todo para su criatura, porque ¿qué hay en mí que le pueda ser útil a aquel que tiene en si todas las potencias, a aquel que es en acto todo cuanto yo podría llegar a ser?… nada, no necesita nada de mí, no estoy aquí porque tenga o no facilidad de expresión, no estoy aquí por mi inteligencia o mi creatividad, o lo que pueda hacer o dejar de hacer, no estoy aquí por nada que yo haya hecho o merecido de alguna manera… Dios no necesita de ninguna de estas miserias que a veces en mi ceguera he considerado lo fundamental de mi vida ¿Qué quieres entonces Señor de mi? Porque aún cuando no puedo darte nada, se espera mucho de mí, y si no me llamas por lo que tengo o puedo, entonces ¿Qué quieres de mi?...
Humildad, la humildad de quien sabe que es nada, incapaz de ser por sí aquello que su corazón anhela, capaz de destruir en un segundo la obra de tus manos, la humildad de estar ante ti vacío, totalmente vacío, para ser llenado completamente por ti, eso quieres de mi, nada y una humildad que lo es todo, quieres que ocupe mi lugar que es el más miserable y el más alto que cualquier creatura pueda desear, el lugar de ser objeto de tu amor, el tenerte a ti mi Dios por mendigo de mi amor por ti, el estar envuelto en medio de tus cuerdas de ternura que no son otra cosa que el amor infinito con el que me rodeas, y cuando digo me rodeas, me refiero entonces a que eres Todo cuanto me circunda y está fuera de mi, pero entonces también debo decir me llenas, porque no hay nada más intimo de mí que tú mismo, porque mi ser sólo es posible dentro de tu ser, y no hay nada que pueda darse fuera de ti que eres el infinito mismo…


¿Cómo podré pagar tu amor para conmigo? Nunca podría y veo entonces que todo es Gracia, y descubro porque me gusta tanto la figura de aquella mujer postrada a tus pies, bañándotelos con sus lagrimas y secándolos con sus cabellos; quizás porque en ella descubro algo de mí mismo, tu infinita misericordia para conmigo, tu amor que ha estado siempre ahí, aún cuando más lejos me encontraba, tu fe en mi a pesar de que yo mismo a veces he dudado de que valga la pena… por eso quiero estar así, como ella, en tu presencia y a tus pies, sin decir nada, sin pedir nada, solo estar ahí, contigo…
A veces Dios nos deja ver un viso de su esencia, quizás nada nuevo para el mundo, quizás algo que ya ha sido dicho por otros; pero no es lo mismo ver que leer, y un viso es a veces todo lo que se necesita para no detenerse, para seguir en la esperanza de la certeza de lo que está ya allí y habrá de estar en mayor plenitud… un día…