sábado, 17 de octubre de 2015

No quiero...


No quiero que la vida se me escape en la esperanza de mejores días… no quiero que la muerte me encuentre aferrado a ilusiones vanas, a gastadas utopías… no quiero la promesa de ser feliz, prefiero aunque sea corta, la dicha de serlo, aquí y ahora… no quiero perderme sin haberme encontrado, acaso no saberme es ya vivir perdido y ya basta con buscarme aún sin saber lo que busco… no quiero arrepentirme de lo que fue o de lo que pudo ser, me basta con decir que he vivido y con el sabor a revancha que deja el haberlo hecho, pues al final aunque la muerte todo alcance y todo queme, nada ni nadie nos quita la certeza de lo que hicimos en este breve suspiro que es la vida … 


no quiero permitirle a nadie el derecho de opinar sobre lo que sólo a mí me atañe, que cada quien cuide su parcela como a bien lo tenga, no pretendo enseñarle a nadie como matar sus pulgas y espero lo mismo de parte de las matronas de inquilinato disfrazadas en rostros amables que carcomen con su lengua a las espaldas, como vampiros de la vida ajena… no quiero tolerar por un instante más, por pequeño que sea, al hijueputa que se cree con derecho para opinar sobre tu vida, las cuentas se las dejo a Dios, yo he de vivir lo que nadie vivirá por mí y lo que deje de hacer nadie lo hará por mí; acaso al final quién me prestará sus años o me compartirá lo andado, quién se quedará para hundirse en el polvo a mi lado, quién hará detener su corazón a la par con el mío, quién dejará de ser para que yo sea… 


no quiero vivir muriendo, o peor aún andar muerto en vida, deambulando en el sinsentido de la tortuosa melancolía, del anhelo irrealizable, de la mentira constante, de la cara de payaso con una sonrisa fingida; no quiero ser función para nadie, vine a hacer lo que me corresponde y no es otra cosa que la primordial responsabilidad conmigo mismo: ser Feliz; no estimo que haya siquiera otra tarea más noble y urgente que la del hombre consigo mismo para que a pesar de la tortuosa interferencia sea capaz de permitirse ser feliz, de respirar el aire que anhela, de llegar a los lugares que en su corazón desea, de saberse un idiota soñador , pero feliz… 


no quiero que la vida se vaya, y no puedo hacer que la vida se quede, es mala amante la vida, ella es eterna y deambula en los brazos de millares de amantes, llenando sus pulmones con bocanadas de aire, convenciéndoles que el mundo se puede tomar con las manos… el idilio dura lo que dura un beso y al final abandona en la sequedad de los huesos tornados a polvo, ella es eterna, ella, no el idiota que respira y escribe… vivir es un sueño, un letargo no inducido, no quiero despertar y sin embargo tal vez morir sea dormir de una vez y para siempre.  

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