miércoles, 7 de agosto de 2013

Divagando un poco...


Celebro la nostalgia de la vida, aquella que llega a esconderse en los aires del cansancio y la melancolía; celebro el ayer perdido que se torna ganado a los ojos de una mirada llena de esperanza… celebro la alegría de estar vivo, porque a pesar de los errores cometidos, de los desaciertos y sinsentidos, de los sinsabores y la dificultad, ha valido la pena el andar… celebro no detenerme, aún cuando a veces parezca esta aventura como el estar arrojado en una gran banda de caminadora eléctrica que no se detiene, no para, no cesa, dejando tan solo dos opciones: caer o andar… elijo andar porque no me gusta el suelo, pero no en la resignación de la dicotomía, sino en la certeza de que el camino traerá consigo  el goce de sentirse vivo, la magnanimidad del aire llenando los pulmones y la fuerza de una sonrisa en la frescura de una brisa que golpea el rostro… hoy divago en estas líneas, quizás sacando algo de mí o tal vez dejando que fluyan solo por fluir… en el fondo, tal vez, sea la nostalgia de los brazos del buen Dios, el deseo de un habitar constante en su presencia, la certeza de lo fugaz del momento, de lo caduco del tiempo, de lo vertiginoso de los días, de la sombra de los ayeres vividos y el transitar de un hoy guardado en la memoria… sobreviene entonces la nostalgia de infinito, no como la incapacidad de aceptar la finitud de esta vida, sino como lo fundante de este ser, aquí y ahora… 

1 comentario:

  1. la nostalgia de la vida, nace del mirar atrás, donde surgen los ¿por qué?, los ¿quizá?... por que mas allá de las nostalgias o de las melancolías, existe la certeza de disfrutar el hoy como un presente inequívoco comienzo del mañana.

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