jueves, 16 de septiembre de 2010

MEMORIAS DE UN GUERRERO...


La arena duele, sobre todo cuando no te acostumbras a caer de narices en ella… a veces dan ganas de quedarse allí tirado en el piso, descansar de una vez y para siempre de este pararte una y otra vez para volver a intentarlo… es como si una parte de ti te dijera “lo vez, te lo dije, siempre es lo mismo, no vas a poder, deja ya de molestar con eso, porque mejor no te rindes, ahí estás pintado, tanto que quieres y mira lo que haces, no hay caso, está perdido…” la arena es dura, a veces quisiera ser de los que se rinden, pero siempre he creído que la vida es lo más parecido a una batalla eterna, a una conquista continua…

A todo esto se suma mi pesado orgullo, soy de esos tipos a quienes no les gusta perder y que no se queda en el suelo a menos de que esté inconsciente, no soy de los que se rinde, soy de los que piensa que es mejor una vida llena de derrotas que aquella que teniendo una deja de combatir para siempre y sin embargo a veces quisiera quedarme aquí en medio del suelo, descansar de este batallar incluso conmigo mismo y con lo que implica este tratar de…


La arena es fría, a veces caliente pero fría, a nadie le gusta estar en el suelo, a mi no me gusta estar en el suelo, pero lo cierto es que la arena es fría y que hoy estoy aquí de nuevo, y que otra vez escucho esa vocecita que me quiere tirado para siempre aquí en los brazos de la derrota que seduce hasta el rendirse…

Y ¿si en verdad no puedo? ¿Si realmente es inútil aquello que persigo? Las dudas son a veces más dolorosas que los golpes, porque no son inflingidas desde afuera, sino que brotan de dentro de mis más profundos temores…


La arena es fría, pero pensándolo bien quizás es más acogedora de lo que parece, ha sido aquí en medio del suelo, donde he aprendido las más grandes lecciones, muriendo en el dolor de mi ego herido, muriendo pero más vivo que nunca, porque jamás habría visto aquello que de no caer jamás habría podido ver…

Hoy ya no tengo miedo, no me da temor decir que no puedo, que aún a pesar de mis arrogantes pretensiones, hay muchas cosas que son imposibles para mi, quizás tarde más en ponerme de pie que en volver a estar aquí besando el suelo, pero no me importa, la vida se impone, no puedo asegurar el resultado de mis esfuerzos, pero si puedo garantizar el esforzarme….

La arena es dura, también lastima, y más cuando se mete en medio de tu carne abierta por las heridas; las piernas tiemblan, el sudor y la sangre nublan la vista, las fuerzas faltan, el cansancio domina a veces las más fuertes ilusiones, pero nada ni nadie va impedir que me pare de nuevo…


Quizás tan sólo sea un remedo de guerrero, igual no importa, hace tiempo comprendí lo vano de intentar ser el mejor; y que lo que cuenta no son las victorias o los fracasos, sino que tanto eres capaz de aprender de ellos… se aprende a golpes, sería más fácil si se aprendiera leyendo sobre batallas, pero sólo en medio de ellas se comprende la verdad de la propia existencia…

Me pongo en pie porque no conozco otra manera, me pongo en pie porque si no lo hago sería el tipo más infeliz de esta tierra, me pongo en pie porque creo firmemente que no estoy solo y que mis miserables esfuerzos son decisivos en las manos del Dios en el que creo… me pongo en pie, quizás para caer de nuevo, pero hasta entonces seguiré aquí, combatiendo, hasta que el último aliento de esta vida me abandone… sólo entonces y ni aún así podré quizás rendirme…

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