martes, 30 de junio de 2009

CREO, HAGO, SIENTO, PIENSO...


Si te amo tanto como solo mi corazón lo sabe… si te anhelo tanto como mi reseca alma siente hacerlo… si vislumbro en ti la meta de lo que busco, de lo que ansío, de lo que hago, de lo que digo, de lo que siento, de lo que pienso, de lo que soy… entonces porqué a veces prefiero aquello que sin ser fin es menos real que Tu y seca todo esto que llevo dentro.

No comprendo esta incoherencia, la notable contradicción que llevo dentro, esta de ser Tú mi anhelo y de hacer aquello que no deseo pero que a veces quiero. Y es totalmente paulino esto que pienso “hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que quiero”… es esta quizás la típica tensión del hombre que creyente se descubre a veces incoherente con aquello que profesa…

Y ¿Por qué, si te amo tanto como creo hacerlo, me aparto de ti optando por aquello que no eres Tú? La razón quizás es obvia y salta a la luz en mis palabras… quizás todo se resuma en que no te amo tanto como yo creyera y que mi anhelo de amarte es mayor que mi manera de amarte; porque si te amara tanto como quiero amarte entonces no te dejaría ni un instante y sería tu sombra eternamente, habitando para siempre en ti y por ti…

No te amo tanto como creo amarte, pero sufro porque quiero amarte tanto, que vuelvo por eso aquí a tus brazos, a pedirte perdón por haberme ido de tu lado una vez más…

Y no es otra cosa que este querer que seas mi todo, que no se desliga de este ser todo para ti, pero que se entorpece por el ser todo para mí de mi mismo…

Una vez más como en todos mis callejones sin salida… te digo haz y dame la fuerza para hacer contigo… o mejor, se… y dame la fuerza para ser en ti como se que ya lo soy.